Si bien es cierto que la pintura ha sido el medio de representación más recurrente, y sin ningún desdén a éste; es innegable la transformación gestada en el siglo XX, que inicialmente incorpora materiales cotidianos a las pinturas, ocasionando una transitoriedad entre una expresión objetiva a una personal.
Sin embargo, la revolución tecnológica redirecciona el quehacer artístico a nuevas áreas. El surgimiento de la fotografía, y sus derivados (cine, video), modificaron tajantemente nuestra percepción, y es este punto el que me resultó mas importante del texto: hay una nueva manera de visualizar el tiempo; la posibilidad de tener una imagen estática, otra en movimiento, y poder acelerar, pausar, retroceder o alentar las imágenes (como el ver un parpadeo que dure 11 minutos); evoca una sensación de manipulación de la temporalidad.
Esto implicó incluso cambios en nuestros procesos mentales, el tiempo y la memoria entraron a nuevos territorios; haciendo a su vez a este arte el más efímero.
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