El ruido, tal como lo conocemos en nuestros días, y cuya vida brota a la par de la industrialización; genera una revolución artística en la música; que había estado limitada a una actitud solemne y dominada por una estructura pre-requisitada que no se podía transgredir. De modo similar al que la pintura y la escultura, por ejemplo, estuvieron enfocados a un modo de representación naturalista; se encuentra un punto de ruptura derivado de fenómenos culturales que orienta la atención a nuevos modos y medios de interpretación y representación; aunque éstos antecedieran a la música. Y como afirma el autor, hay una transición de sonidos puristas y suaves ("anemic sounds") hacia los sonidos mas disonantes, estridentes y extraños ("Amalgams of sound").
Por último, Russolo invita a complejizar las emociones musicales, no mediante la imitación, pero sí a través de nuevas asociaciones de los sonidos existentes.
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