El lenguaje computacional, expresado a través de códigos mediante los cuales se desarrolla el software, posee un poder transformador, al dar órdenes de ejecución que tienen posibilidades estéticas y de forma.
Me llama la atención particularmente la posibilidad de vincular cosas de naturalezas muy diferentes: una manifestación física derivada en información que puede ser "traducida" en imágenes; como se ejemplifica con una grabación de audio digital, un sonido que se manifiesta a su vez, o en vez de; como una luz en la pantalla. Y pese a que el código digital se ha utilizado principalmente para crear una interfaz, mediante un lenguaje metafórico; no está limitado a ello. Los virus, son un claro ejemplo, evidenciando que el software no es una herramienta; sino una base en la práctica creativa. Esto me hizo pensar en la posibilidad de un software cuyos códigos sean discordantes con la supuesta función a ejecutar; con la mención de la confianza depositada en los programadores y esperar que al dar la orden de guardar cierta información, ésta sea realmente almacenada. En resumen, despierta la indagación de las posibilidades que la programación ofrece, y me hace pensar que el sólo hecho de desarrollar un software no lo hace arte, aunque tiene el potencial para serlo, todo dependerá de la aplicación que éste tenga.
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